Ciclo de Maduración y Desequilibrio Financiero. Parte I

El gerente de finanzas debe resolver la dicotomía entre liquidez y rentabilidad, teniendo diversas fuentes de financiamiento necesarias para apoyar las actividades y procesos del negocio productivo.

Esta dinámica entre recursos y acciones humanas enfocadas en producir bienes y servicios, por un lado y por otro lado, los recursos y acciones humanas enfocadas en financiar la producción de bienes y servicios gravitan en torno a escenarios objetivos, a saber, el panorama competitivo de la industria y el panorama macroeconómico relevante de la empresa.

Este trabajo presenta la fenoménica entre la liquidez y la rentabilidad como entidad base en el quehacer de las finanzas corporativas, donde se definen y explican los elementos que el gerente de finanzas debe conocer y gobernar, para resolver exitosamente la dicotomía.

  1. Los principios

La palabra “principio” viene del latín princĬpium, y se define como el primer instante del ser o existencia de una cosa. Es la base, el origen, el fundamento o razón fundamental sobre la cual se discurre, en última instancia: son las propiedades de una cosa en particular que hace que ella sea como tal. Aristóteles dice en la Metafísica: “Conoceremos una cosa cuando conocemos las primeras causas” (p.77). 

En la física existen fuerzas que se equilibran para cohabitar en torno a determinada estructura material. Así también, en las finanzas corporativas, se encuentran propiedades únicas que por su naturaleza se conectan a un contrario que gravita en torno a determinada estructura. Estas fuerzas contrarias se encuentran cuando lidia la liquidez con la exigibilidad en torno a las llamadas masas patrimoniales de la empresa, las que se analizarán en detalle en este trabajo. También encontramos esta pugna de fuerzas entre la liquidez y la rentabilidad buscada para cubrir el costo de capital del accionista. De lo anterior, se infiere en esta lógica, la existencia de dos tipos de principios: aquellos referente al ámbito financiero, en donde se presenta el activo o inversiones con el principio de la fuerza interna hacia la liquidez, y por otro lado, los pasivos o financiamientos, con su fuerza interna hacia la exigibilidad; el segundo principio opera en el ámbito económico y atañe a la relación entre liquidez y rentabilidad.

Lo particular de esto, es que la liquidez representa el eje central de ambos tipos de principios. Lo que podría indicar que es lo mismo hablar de la relación liquidez – rentabilidad, que hablar de exigibilidad – rentabilidad.

Estos principios guardan relación con la función del gerente de finanzas, el que pretende resolver la dicotomía entre el riesgo de no pago y cumplir con las metas de rentabilidad.

a. Los principios de liquidez y exigibilidad

Los principios financieros hablan de sus características esenciales, es decir, la capacidad y momento que el activo posee para convertirse en efectivo, y en su contrapartida, la capacidad y momento que posee el pasivo para convertirse en exigible.

La capacidad del activo, se refiere a la cantidad de dinero que este es capaz de entregar a la caja, ya sea por concepto de depreciación o utilidades realmente percibidas. La capacidad del pasivo, tiene relación con el monto de dinero que exige aquel, para servir un compromiso de pago. Se habla de momento, para especificar el instante en que determinada cantidad de dinero generada por el activo, está realmente en caja, o bien, la fecha en que determinado monto debe ser extraído de la caja por exigencia del pasivo.

Todo activo tiene un financiamiento y por ende, una creedor de la empresa, que en determinando momento reclamará para sí dichos fondos a una tasa de ganancia. Por esta razón se habla de principios, porque hace alusión a aspectos que son la esencia del comportamiento del activo y del pasivo. Uno posee la capacidad específica de entregar dinero a la caja y el otro, de extraerlo de ella, como también, ambos, poseen un momento determinado para ejecutar dicha acción, y ese momento es algo que es propio, connatural, ya sea, de los activos o de los pasivos, dentro de contexto industrial. Si ambos principios mantienen una correspondencia directa, quiere decir que cuando el activo se transforma en dinero existe en ese momento un pasivo que se lo está haciendo exigible, por lo cual ante esta condición, los activos y pasivos están equilibrados.

b. Los principios financieros de la liquidez y la exigibilidad

Desde el punto de vista de este trabajo, el riesgo asociado a la rentabilidad es la probabilidad que un activo no sea capaz de responder a las obligaciones contraídas al momento de su adquisición. El administrador financiero debe establecer una correspondencia entre las diferentes masas patrimoniales, a saber: activo y pasivo, de modo de obtener una rentabilidad superior. De este modo, la deuda siempre está bien conformada y debería presentar un buen desempeño. Es por esta razón, que la deuda no representa en sí misma un riesgo, más bien, el riesgo está conectado a una situación de insolvencia provocada por una inadecuada mezcla de financiamiento que cubre determinado nivel de activos.

Entonces, al mencionar la relación riesgo – rentabilidad, se está diciendo que la rentabilidad alcanzada por una empresa, requirió de cierto nivel de riesgo de insolvencia. De esto se deduce que, si la empresa muestra determinado nivel de rentabilidad con una razón de liquidez sana, ello implica que la empresa no está potenciando las oportunidades del umbral de insolvencia que la haga más rentable. Pero, en el ejercicio de dichas labores, el administrador financiero prefiere habitualmente más liquidez.

La relación riesgo – rentabilidad se entiende aquí como un principio financiero inmanente, porque en ellos existe una esencia de conducta particular, es decir, la esencia de esta relación hace que las cosas se realicen de determinada manera, y en la práctica financiera, hablar de este principio, debería entenderse de manera axiomática las acciones requeridas para alcanzar determinado nivel de rentabilidad.

Otra consideración radica en que este principio financiero, a saber: riesgo – rentabilidad, en la práctica es liquidez – rentabilidad, o si se quiere más al extremo: insolvencia – rentabilidad. Cualquiera sea la posición de ésta, el principio financiero está asociado a los principios financieros de las fuerzas internas de la liquidez y exigibilidad, es decir, el principio de liquidez – rentabilidad, respecto a la liquidez está indexada a los otros principios financieros, a saber: fuerzas internas hacia la liquidez y exigibilidad, los que se explicarán más adelante.  Estos principios actúan de manera sincronizada entre sí, aunque no lo sepamos, la ventaja se produce cuando lo sabemos y así, es posible alcanzar rentabilidades superiores, pero con umbrales de insolvencia.

2. Marco teórico de la propuesta

Mi perspectiva inicial es coherente con Massons, J. (1997), Massons, J. (2008) y García, M. & Jordá, J. (2004) en lo que se denomina masas patrimoniales, las que reflejan un ordenamiento específico y relacionado con el ciclo de maduración. Aunque los autores Baguer A. & Zárraga, M. (2002), Fernández, L. & Casado, M. (2008), Amat, O. (2008), Chávez, J. (2003) también hablan de masas patrimoniales, no reflejan las distinciones y las implicancias que Massons, J. desprende en sus reflexiones.

Por otra parte, se plantea el concepto de “equilibrio financiero como una regla de oro”, al decir, que los activos con generación de caja de corto plazo pagan los compromisos de corto plazo y los activos con generación de caja de largo plazo pagan los pasivos de largo plazo. Salirse de esa regla –a juicio de ellos- es hacer que la empresa entre en  riesgo de default. Este concepto lo analizaré en detalle más adelante.

  • Las masas patrimoniales y el ciclo de maduración

¿Qué son las masas patrimoniales? ¿Cuál es su criterio de ordenamiento? ¿En qué ayuda este constructo en la dicotomía del gerente de finanzas??

La empresa existe porque hay determinados “propietario” interesados en financiar determinada porción de las inversiones necesarias. Ambas partes, activos y financiamiento, se denominan: masas patrimoniales, las que deben estar integradas por una serie de cuentas de carácter fundamental, para que las mismas puedan ser objeto de una clasificación más profunda. Massons, J. (1997, p. 37-49). La agrupación de cada una de ellas, se denomina: estructura patrimonial, y hace alusión a la coherencia interna de cada una de las masas patrimoniales. Es así que una empresa puede mostrar en su balance general, una buena o sólida estructura patrimonial, lo cual indica que sus activos están bien armonizados con la exigibilidad de las fuentes de financiamiento. Así lo dice Maissons, J.(1997, p.98): “La solidez de la estructura patrimonial se define como el grado de equilibrio de las mismas”, más abajo agrega: “El grado de equilibrio de la estructura patrimonial depende precisamente de la conjunción entre las fuerzas internas de liquidez del Activo y la tendencia hacia la exigibilidad del pasivo”. Cabe destacar que cada partida muestra su fuerza interna en virtud de su grado de consolidación, tal es el caso de la cuenta Terrenos, por no tener medios para aportar liquidez como activo y por otro lado, las cuentas de patrimonio, ya sea capital social o utilidades retenidas, puesto que su exigibilidad es de muy largo plazo y solo opera mediante la distribución de dividendos, previo acuerdo en la Junta de Accionistas. Ambas partidas, tanto de activo como de pasivo son las que presentan el máximo grado de consolidación de las masas patrimoniales. Este asunto se retomará en los llamados equilibrios medulares.

Todas las estrategias, esfuerzos tácticos, tecnológicos y la más amplia variedad de recursos en la empresa, tienen un solo foco: la generación de liquidez emanada por la actividad fabril o servicio. En este sentido, el eje central del negocio está en la producción y comercialización de bienes y servicios. Por tanto, el estudio financiero se centrará es el ciclo de maduración o también llamado ciclo de rotación de activo, junto a las inversiones de capital necesarias tendientes a facilitar el proceso de transformación del activo.

Anímate y deja tu comentario al final de este documento.

Este criterio dará el ordenamiento contable y conlleva a distinguir en esencia dos tipos de masas patrimoniales, aquellas que se encargan de conseguir el objeto mercantil y aquellas que financian su materialización. Por otra parte, aquellas masas patrimoniales que son ajenas a los procesos productivos, pero, al representar niveles de riesgos y beneficios subjetivos de coyuntura, permiten su aparición y permanencia, ya sea, como inversiones o financiamientos:

  • Masas patrimoniales funcionales
  • Masas patrimoniales extrafuncionales

4 comentarios sobre “Ciclo de Maduración y Desequilibrio Financiero. Parte I

  1. Hola. Los activos y pasivos (Inversiones y Financiamientos) cuentan con características específicas de liquidez y de obligatoridad de pago, respectivamente. Los activos de corto plazo asociados al ciclo de maduración tienen una fuerza hacia la liquidez que se mide mediante la Edad Promedio de las cuentas. Sin embargo, encontrarás activos corrientes que no son del ciclo y que su fuerza interna tiene relativa certeza de liquidación, con excepción de la cuenta caja, como por ejemplo: Impuestos por recuperar, anticipo a proveedores, provisiones de corto plazo, entre otras.

    También, dicha fuerza interna de liquidez está en los activos de largo plazo. Eso lo puedes ver en la parte II de Ciclo de Maduración y Desequilibrio Financiero.

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    1. Buenas Tardes, entonces que existan activos fuera de ciclo como se redefinen los diferentes Ratios de Liquidez, de eficiencia y que impacto tendrán en el Ciclo Operativo y de Conversión de Efectivo

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      1. Los activos se dividen según su relación con el negocio. Es decir, aquellos que están en el Core se conocen como activos y pasivos funcionales cíclicos; los que están fuera del Core se denominan como activos o pasivos extra funcionales. Sin embargo, están los activos o pasivos que siendo funcionales, son considerados acíclicos, porque pese a que no son parte del ciclo de maduración y tampoco participan del ciclo de conversión, están actuando como base para éstos se desarrollen o realicen, se conocen como activos o pasivos funcionales acíclicos.

        Clasificación:

        Funcionales:
        Cíclicos: Existencia, cuentas por cobrar, proveedores
        Acíclicos: Activos fijos y activos intangibles, Deuda de largo plazo (solo si financian activos funcionales acíclicos) y Patrimonio.

        Extrafuncionales:
        de corto plazo: Caja, impuestos por recuperar, provisiones de corto plazo, deuda bancaria de corto plazo, otros pasivos de corto plazo.
        de largo plazo: Deuda bancaria o de terceros que financian activos extrafuncionales.

        En térmicos de los ratios, estos pueden tener diferentes configuraciones. Depende exclusivamente de la creatividad del analista. Es decir, por ejemplo, en el índice de liquidez es totalmente posible separar las cuentas cíclicas de las extrafuncionales. De igual modo, se pueden realizar ajustes a la rentabilidad, de modo, de separar el rendimiento de las cuentas funcionales de las extrafuncionales.

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  2. a. Los principios de liquidez y exigibilidad

    Los principios financieros hablan de sus características esenciales, es decir, la capacidad y momento que el activo posee para convertirse en efectivo, y en su contrapartida, la capacidad y momento que posee el pasivo para convertirse en exigible.

    Se entiende esta definición a los activos y pasivos circulantes.???

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