Uno de los temas que más me cautivó durante mis estudios doctorales fue el conflicto de interés que surge en contextos específicos de toma de decisiones.
He revisado numerosos estudios científicos que demuestran cómo estos conflictos pueden influir en las decisiones de inversión a largo plazo del agente, poniendo en riesgo los intereses del principal.
La discrecionalidad en el uso de la información, es decir, la capacidad del agente para actuar según su propio criterio con información privilegiada puede dar lugar a conflictos de interés. Este comportamiento inadecuado puede derivar en problemas de selección adversa y riesgo moral. En concreto, se trata de actuaciones oportunistas del agente en busca de beneficios extraordinarios, que afectan negativamente a otros agentes de la economía.
Esta discrecionalidad puede impactar la creación de valor de las empresas y, en consecuencia, perjudicar a los accionistas. Por ejemplo, cuando una empresa enfrenta altos niveles de flujo de caja libre, el agente podría llevar a cabo acciones oportunistas para beneficio propio, lo que podría obligar al principal a ejecutar proyectos con un Valor Actual Neto (VAN) menor a cero. Este hecho se conoce como sobreinversión, que se da cuando se financian proyectos no rentables para controlar el riesgo moral del agente, como invertir en una nueva planta de producción innecesaria solo para justificar el uso de los fondos disponibles.
De manera similar, el principal podría optar por no ejecutar proyectos rentables para no tener que compartir las utilidades con terceros. Esta infrainversión se manifiesta cuando, por ejemplo, la empresa decide no expandirse a un mercado emergente con alto potencial de rentabilidad debido a que la Tasa Interna de Retorno (TIR) del proyecto está muy ajustada al costo del capital. En este caso, el principal podría solicitar fondos al banco, pero no lo hace pensando que él hará el gran esfuerzo en echar a andar el proyecto mientras el banco solo esperará las ganancias. Este comportamiento afecta negativamente el valor de la empresa y perjudica a los accionistas, quienes podrían beneficiarse de dichas inversiones.
Mis conclusiones sobre la discrecionalidad basada en conflictos de interés es un asunto serio que las empresas, y en particular los gobiernos corporativos, deben abordar de manera eficaz. Establecer incentivos económicamente correctos, tanto tangibles como intangibles, es crucial para alinear el comportamiento del agente con las expectativas del principal. Además, estas salvaguardas deben ajustarse a las condiciones del mercado para ser efectivas.
¿Cuáles son las implicancias de la discrecionalidad del agente ante decisiones de infrainversión y sobreinversión?